CAPSULAS ECOLÓGICAS



DESARROLLO SOSTENIBLE? O SUSTENTABLE

Este es un tema que a menudo surge cuando se habla de este nuevo paradigma del Desarrollo. Una breve búsqueda por la red me llevó a encontrar dos posiciones aparentemente contradictorias. La primera posición expuesta en este artículo del Profesor Enrique Heredia:


 

http://www.cuft.tec.ve/publicaciones/barquisimeto/umbral/digitales/n5/Articulo%203.pdf


 

Donde el autor hace una exposición bien documentada sobre el término, llegando a la conclusión que son sinónimos y pueden ser utilizados indistintamente.

Sin embargo, he observado también la insistencia de algunas personas acerca de lo incorrecto de utilizar el término Desarrollo Sustentable, alegando que es incorrecto o inadecuado, tal vez porque el término "sustentable" puede entrar en la categoría de Anglicismo, uno más en la larga lista de palabras de este origen que tenemos en nuestro idioma. Lo cierto es que Sustentar existe en el Diccionario de la RAE, y eso es un hecho incontrovertible.

Por otro lado, en este segundo artículo publicado en el blog BIEN ACTUAR:

http://www.bienactuar.com/blog/2010/04/%C2%BFsustentar-o-sostener/


 

El autor nos presenta una visión donde diferencia los dos términos y realiza una breve justificación de su posición.

Lo cierto del caso es que, sea Desarrollo Sostenible o Desarrollo Sustentable, esta discusión para mí no pasa de ser un tema de semántica y no debemos dejar que se generen confusiones, o que se desvíe la atención sobre el alcance y la significación de este enfoque como un nuevo paradigma del desarrollo, más acorde con las necesidades actuales de los seres humanos de cara al futuro.

Por último, nos damos cuenta en los artículos presentados que el Desarrollo Sostenible, o Sustentable, va más allá del área ambiental. Este paradigma debe considerar el desarrollo como un enfoque integral, que incluya también los factores políticos, económicos, sociales, culturales y esencialmente, al individuo como centro y sujeto del Desarrollo hacia una mejor Calidad de Vida. .


 


 

 

ALDOUS HUXLEY: PRECURSOR DE LA BIOÉTICA?


 

Hace ya tres años, comenzaba a dar la asignatura Bioética y modelos de desarrollo en la Universidad y, por aquellos días, por coincidencia en mi grupo de lectura se seleccionó la novel a "Un mundo feliz" (A brave new world) de Aldous Huxley, teniendo así la oportunidad de leer esta interesantísima novela en aquellos días cuando empezaba a involucrarme con el tema de la Bioética. .

Este libro fue publicado en 1931, y resulta premonitorio en muchos sentidos, dado los hechos posteriores ocurridos en el siglo XX donde presenciamos un mundo avasallado por el progreso económico, la tecnología y los avances científicos, mientras que en otros se mantiene el atraso y la pobreza.

Huxley aborda temas como la fertilización In vitro y la ingeniería genética, aunque en esos años no se conocían. En la actualidad, estos temas forman parte de los estudios de la Bioética. Solo en los años 1970 Van Porter, cuatro décadas después, propuso la necesidad de una disciplina destinada a analizar los dilemas que presentan el desarrollo económico, científico y tecnológico, a la luz de los valores éticos y morales.

Dada la necesidad de estudiar los posibles efectos de estos avances sobre la vida humana y de los seres vivos, Van Porter consideró necesario desarrollar la Bioética como una ciencia de la supervivencia, y proponer los valores que deberían regir en el mundo de hoy.

Huxley fue más allá, en ciertas partes de la novela toca el tema de la cultura de los pueblos y el impacto que en el futuro tendría la superpoblación, en medio de una sociedad consumista donde lo único importante parece ser lograr el placer y la comodidad, mientras que otra parte del mundo es segregada sin tener acceso a los recursos que le permitan satisfacer sus necesidades más básicas.

Bien, solo quería dejar estas notas, e invitarles a leer esta novela que, a pesar del tiempo transcurrido, más de 80 años de su publicación, no ha dejado de tener vigencia.


 


 


 


 

PRESENTACIÓN


Cada día es más notorio el impacto social y ambiental de los modelos de desarrollo imperantes en muchas de las naciones. El objetivo principal de estos modelos es mejorar la calidad de vida de sus pobladores y, si por calidad de vida se entiende al nivel de satisfacción de las necesidades básicas que todo ser humano requiere para llevar una vida digna, entonces el desarrollo social, económico y cultural, debería orientarse precisamente a la mejora  de la calidad de vida de todos los individuos de una nación, región o comunidad. Por lo tanto, los modelos de desarrollo deben  buscar necesariamente un equilibrio entre la cantidad de seres humanos y los recursos, así como la protección del medio ambiente, pues la evolución de la población y sus patrones de crecimiento y de distribución están incidiendo de manera alarmante en la disponibilidad de los recursos naturales y en los diferentes ámbitos del bienestar humano. No obstante, en la actualidad encontramos que, mientras que los pobladores de algunas regiones desperdician los recursos naturales, en otras éstos son cada vez más escasos y no hay una justa distribución de la riqueza, ni existe equidad en el acceso a estos recursos.

La intervención del hombre sobre el ambiente en que nos movemos y existimos es casi inevitable. Esto ha creado una gran contradicción cuando, el individuo, en la búsqueda de una mejor calidad de vida, LA degrada por el deterioro del ambiente. La superpoblación, el consumismo, el desarrollo industrial y científico generan un aumento de la contaminación y de los desperdicios, aunado a la falta de conciencia de la mayoría de las personas acerca de los efectos que ellos mismos producen en el entorno. Ttenemos una aparente mejor calidad  de vida, sin embargo, no se ha dudado en sacrificar el ambiente, influyendo paulatinamente en su deterioro, a expensas de conseguir el ansiado progreso. Las sociedades actuales son cada vez más dependientes de los avances científicos y tecnológicos, los cuales, muchas veces pasando por encima de los principios naturales y ambientales, le dan mayor importancia al bienestar personal y a la comodidad, que a los efectos colaterales que  esto pueda causar al mismo ser humano, a los demás seres vivos y al planeta en todos sus ámbitos. Pareciera que, más allá de obtener los recursos que necesita para satisfacer sus necesidades, el ser humano estuviese enfocado solo en proporcionarse comodidades y facilidades para su quehacer diario.

Todo esto nos lleva a algunas interrogantes: ¿En qué consiste la calidad de vida?, ¿Existe la calidad de vida? ¿Posee el mundo moderno calidad de vida? ¿Qué importancia tienen los modelos de desarrollo en  esta calidad de vida?, ¿Han proporcionado los modelos de desarrollo actuales una mejor calidad de vida a los individuos y a las colectividades en su conjunto?, y más aún, ¿Esta el planeta en equilibrio para brindar calidad de vida?

A la luz de lo que vemos a nuestro alrededor, aparentemente los modelos de desarrollo que hemos utilizado no parecen brindar soluciones a los problemas personales, sociales  y laborales que afrontamos en nuestras vidas. Esto obliga a reconsiderar la visión que actualmente se tiene sobre el desarrollo y el papel que el aspecto ambiental juega a la hora de implementarlo. Introducir el componente ambiental en la búsqueda y evaluación de los modelos de desarrollo económico, social, tecnológico o político significa darle al ambiente el peso que merece, y supone optar por un nuevo concepto de calidad de vida, que trascienda la visión cuantitativa, acumulativa o economicista que se suele aplicar a dicho concepto.


Se requiere entonces un cambio de paradigma en la manera cómo llevamos a cabo el desarrollo y, en este sentido, la Bioética tiene un papel esencial que jugar: proporcionar orientaciones que permitan  a las sociedades y a los individuos establecer reglas desde el punto de vista ético para asegurar la supervivencia del ser humano, así como de los demás seres vivos que comparten con nosotros este planeta, manteniendo en la medida de lo posible los avances logrados.  Lo contrario sería negar los beneficios de los avances que el pensamiento y el trabajo humano han producido para nuestra calidad de vida, y pretender volver a vivir como los antiguos pobladores de nuestro planeta, con todos los problemas que esto conlleva.