Esta mañana leí en un
twitter este mensaje que terminaba con la palabra “Felicitaciones”. Pero,
realmente, ¿Es un día para celebrar algo? ¿A quién estamos felicitando?
Este es un día de profunda reflexión, y no de felicitaciones
ni celebraciones. La verdad es que aunque existen muchísimas personas en el
mundo que están haciendo algo por la preservación y conservación del ambiente,
la gran mayoría de los más de 7.000 habitantes del planeta no están preocupados
y mucho menos conscientes del impacto de las actividades que diariamente
realizamos en nuestro entorno, no solo el natural, sino también el cultural, el
ambiente urbano y rural, donde las personas residen y hacen vida.
La tarea resulta ser titánica: ¿Cómo hacer de nuestro
planeta un mejor lugar donde vivir? y la respuesta no está solo en tener
conciencia, sino debemos actuar, cada uno de nosotros puede hacer algo, y cada
día hacer algo más, no solo quedarnos con lo que hacemos actualmente.
El cambio necesario seguro tomará tiempo, pero se requiere
de una masa crítica, de un numerosísimo grupo de personas, aproximadamente el
35% de los pobladores del mundo, totalmente conscientes, convencidos de la
importancia, y que trabajen en su ámbito de acción hacia un
ambiente que nos proporcione una mejor calidad de vida.
Se hace urgente y es imprescindible implantar la Educación
Ambiental en todas nuestras escuelas, con un programa formal y sólido, no con
un conjunto de actividades ambientalistas dispersas y faltos de organicidad.
Esto es responsabilidad de todos: del Estado, de las comunidades y de las organizaciones
así como por supuesto, de quienes están detrás de todos estos entes: LAS
PERSONAS.
Hoy es un día de reflexión, de análisis de lo que hemos
hecho y de lo que podemos hacer. Les animo pues a revisarnos y encontrar
caminos que nos lleven a soluciones prácticas de la problemática ambiental en
estos días donde existen numerosos factores que lo están deteriorando y parecen
no tener freno.
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