Reducir, Reutilizar, Reciclar
Basado en el
artículo de "Guía Ecológica" de la revista "Habitania",
escrito por Roser Camps
Aplicar la regla de
las tres erres es una forma muy sencilla de proteger el medio ambiente. Basta
con reducir el consumo de algunos productos, reutilizar los que compres y
separar desperdicios para facilitar su reciclaje.
Los residuos son un
problema dentro y fuera de nuestras casas. Solucionarlo no está en nuestras
manos, pero sí podemos adoptar unas medidas sencillas que ayuden a reducir su
volumen. Se trata de aplicar la consigna de las tres erres: Reducir, Reutilizar
y Reciclar.
- Reducir:
Evitar el consumo
de determinados artículos es la mejor forma de reducir residuos. Por regla
general, a la hora de escoger un producto, elige aquel que tenga menos
embalaje. Es aconsejable comprar a granel y prescindir de alimentos presentados
en bandejitas de corcho blanco y envueltos en plástico transparente. Éstos se
tiran a los pocos minutos de comprarlos y su destrucción resulta altamente
contaminante.
- Reutilizar:
Intenta sacar el
máximo partido a algunos productos: utiliza el papel de escritorio por las dos
caras, reutiliza las bolsas de plástico, cajas y embalajes de cartón; muchas
veces los límites de reutilizar los residuos están en tu propia imaginación.
Con un poco de ingenio, puedes dar una nueva utilidad a materiales no orgánicos
que normalmente tiras a la basura, como botellas, cajas o latas.
- Reciclar:
Prácticamente el 80%
de la basura doméstica es reciclable; por eso es importante separarla - las
firmas de muebles de cocina te ofrecen módulos especiales de reciclado que
apenas ocupan espacio- y depositarla en los contenedores adecuados.
-Papel. Evita el
consumo innecesario de papel y cartón, reutilízalos para otros usos y, sólo
cuando ya no sirvan para nada, llévalos a un contenedor para reciclar. Decide
en qué lugar de la casa vas a guardar el papel que acumules cada día. Puedes
colocarlo en una caja de cartón o utilizar una bolsa de papel, de modo que
puedas tirarla directamente al contenedor. Ten en cuenta que no todo puede ser
reciclado: los plastificados, adhesivos, encerados, papeles de fax, pañuelos o
pañales no son aptos para su posterior reciclaje.
-Vidrio. El vidrio
no se descompone, pero es un material muy fácil de reciclar -salvo algunas
excepciones, como las ventanas, bombillas o el pyrex-. De todos modos, siempre
que sea posible, elige envases retornables.
-Plásticos. El 14%
del peso de la bolsa de basura son plásticos y, en su mayoría, provienen de
envases de un solo uso y de todo tipo de envoltorios y embalajes (botellas,
bolsas, bandejas y cajas protectoras de corcho blanco, etc.). En este caso, lo
más importante es evitar su consumo excesivo y reutilizarlos siempre que sea
posible.
-Tetrabriks. Estos
envases, fabricados con capas finas de celulosa, aluminio y plástico, conservan
bien los alimentos, pesan muy poco y su forma facilita el almacenamiento. Sin
embargo, están realizados con materiales de alto impacto para el medio ambiente
y su reciclaje resulta muy costoso, debido a la dificultad de separar el
plástico del aluminio. Por eso siempre es preferible comprar productos en
envases de vidrio o de plástico.
-Latas. Evítalas
siempre que puedas, ya que su proceso de fabricación resulta muy costoso,
contaminante y supone un importante impacto ecológico. Las de aluminio pueden
reciclarse fácilmente, así como otros productos a lumínicos, como el papel, los
platos o las bandejas de comida congelada.
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